sábado, 10 de mayo de 2014

Extraña sensación

Después de mucho tiempo sin publicar nada, hoy he decidido escribir sobre cómo me siento. Y es que últimamente mi vida se ha convertido en una montaña rusa. Un día estoy en la cima y al otro tengo una sensación extraña, es un sentimiento agridulce que me impide disfrutar de todo lo bueno que me pasa. No sé si es el recuerdo o la impotencia de no poder controlar lo que siento.

Siempre he escuchado eso de que cuando estás enamorada sientes mariposas en el estómago y lo ves todo color de rosa. Pues bien, puede que la rara sea yo o que sea demasiado previsora y por eso lo evite a todo costa. El caso es que no me apetece volver a llevarme otro chasco. No me gustaría ilusionarme con una persona y que todo se quedara en eso, simples ilusiones... No estoy dispuesta a correr ese riesgo.

Me encantaría poder decir esto de una manera convincente, en lugar de intentar convencerme a mí misma de que esto no va a ningún lado y que probablemente sean imaginaciones mías. Pero lo cierto es que cada vez que le veo me pongo nerviosa, estoy deseando que pase el fin de semana para volver a verle, ansío que no queden más sitios libres para que se siente conmigo y no puedo evitar poner esa cara de boba que se nos pone a todas cuando el chico que nos gusta nos dice cualquier tontería. 

Sé que es complicado de entender porque ni yo misma me entiendo. Por eso espero que tengas paciencia conmigo y que aunque me meta contigo y todas esas cosas, sabes que lo hago con todo el cariño del mundo ;) y si digo mi frase de "todos los tíos sois iguales, ninguno merece la pena" espero estar equivocada y que tú seas la excepción.  

lunes, 2 de septiembre de 2013

Los hechos suceden y hay que dejarlos ir

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Lo importante es poder cerrar capítulos y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando. No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando “puertas abiertas” por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción.

Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, iniciar otras relaciones, cambiar de aires, etc. En la vida nadie juega con las cartas marcadas. Hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente … El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú.



Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida. 

Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir. 

Paulo Cohelo


martes, 20 de agosto de 2013

Aceptar el amor no deseado antes que perderlo y desear obtenerlo

Mi madre me enseñó desde pequeña a aceptar que los sentimientos que sentían por nosotros otras personas, aunque no los correspondiéramos, eran importantes. Me hizo comprender que ese amor no deseado, ese deseo no correspondido, es un gran regalo que te hacen y no debes despreciarlo simplemente porque no te sea útil. 

También me enseñó a notar, a distinguir y a comprender qué gente se enamoraba de ti o te deseaba en secreto. Esto último es muy importante ya que los deseos ocultos son el motor de la vida, me decía. Nunca he sabido cómo surgen esos sentimientos intensos y tan difíciles de dominar. 


Sólo hay un pero... ¡hay que tener cuidado! Cuando el amor y el sexo se enquistan en la irrealidad, el goce que la persona siente puede convertirse en dolor. Poseer ese amor que no significa nada para ti es diferente que perderlo. Porque, aunque pierdes algo que no comprendías, nunca más volverás a tenerlo, y eso es terrible.

Estoy segura de que mi madre no perdió jamás a ninguna de las personas que la amaban platónicamente. Porque a su manera, ella también las amaba. El problema es que yo no se si seré capaz de responder adecuadamente a ese deseo del que hablábamos sin que la otra persona se confunda y piense siento lo mismo que él.

Albert Espinosa

jueves, 15 de agosto de 2013

Problemas: todos tenemos alguno

Es cierto que cada uno piensa que sus problemas son los más importantes y los más graves pero simplemente son diferentes. Puede que tu abuela se esté muriendo, que tus padres no paren de discutir en todo el día, que pierdas una amistad de la infancia, que el chico que te gusta no te haga caso, que tu hermano no quiera estudiar, que te agobies por no poder responder el amor de otra persona, que tus amigas se enfaden constantemente, que te sientas sola, que sientas que nadie te comprende, etc.


Todos alguna vez nos hemos sentido los más desdichados del mundo por tener que hacer frente a conflictos que surgen sin previo aviso. La clave para solucionarlos está en saber reaccionar a tiempo, en actuar o simplemente en improvisar y hacer todo lo posible por encontrar la solución. Hay veces que pensamos que los problemas son como las avispas o las moscas, que se irán si no les hacemos caso pero en la mayoría de los casos esto no sucede así. Por ello tenemos que sacar fuerzas de donde sea, tragarnos nuestro propio orgullo y pedir perdón aunque pienses que no es tu culpa, dejar las cosas claras, aceptar la situación y olvidarte de una persona que no vale la pena, dar una oportunidad a quien se la merece o simplemente pasar el máximo tiempo posible con esas personas que te importan.

domingo, 11 de agosto de 2013

No te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes

A veces estamos tan acostumbrados a alguien que nos lo valoramos lo suficiente. Descuidamos  a esas personas y nos centramos en otras cosas, en otras personas o en otros problemas que en ese momento nos parecen más importantes aunque realmente no lo sean.

Si algo he aprendido de todo esto es que la amistad es muy frágil y puede romperse en cualquier momento. Por eso debemos cuidarla, debemos estar más pendientes de las personas que están a nuestro alrededor,esas personas que están ahí en los momentos más difíciles y ofrecerles nuestra ayuda y nuestro apoyo siempre que lo necesiten aunque ellos no lo pidan.


Eso todos lo sabemos, lo que pasa es que lo practicamos poco y cuando te encuentras involucrado en un conflicto de este tipo nunca sabes cómo reaccionar, te paraliza el miedo a empeorar la situación, el miedo a perder a las personas más importantes en el mundo y te asaltan las dudas ¿Cómo hemos llegado a esto? ¿Qué debo decir o hacer para arreglar mi error? ¿Por qué yo me tengo que tragar mi orgullo y ceder cuando otros ni siquiera están dispuestos a escuchar mis explicaciones? ¿Qué se supone que hay que hacer cuando todo el mundo se enfada contigo sin saber el porqué? ¿Qué hacer cuando todo pasa tan rápido que no te das cuenta que una situación insignificante puede llevar a un enfado monumental? ¿Cómo se arreglan este tipo de conflictos?

Sinceramente no creo que haya una fórmula mágica que haga que todo vuelva a ser como antes, no existe ningún secreto. Tan solo debes intentar hablar con las personas implicadas, tratar de explicar tu punto de vista y estar abierto a escuchar lo que el resto tenga que decir pero sobretodo debes ceder, apartar tu orgullo con una mano y abrazar a tus amigos con la otra.


viernes, 28 de junio de 2013

No te guardo rencor, pero creo que es imposible


Escribir lo que siento en cada momento me esta sirviendo de gran ayuda para darme cuenta de que ya no hay nada entre nosotros, de que lo máximo a lo que podríamos llegar sería una amistad. Y la verdad es que dudo que ni siquiera creo que lleguemos a eso. Es triste lo sé, y créeme que la idea no me gusta en absoluto pero es la realidad y cuanto antes la aceptemos mejor.


Todo el que me conozca sabe muy bien que no me gusta llevarme mal con nadie y tal vez sea esa la razón por la cual sentía esa necesidad de hablarte, de saber de tí. Es cierto que al principio de conocerte me encantabas, eras el chico perfecto para mí, cada vez que hablaba contigo estaba más contenta de lo normal, y por supuesto que habría salido contigo sin pensármelo dos veces aunque por otro lado me agobiaba la idea de una relación seria. Pero a día de hoy, después de todo lo que ha pasado, de lo que me has demostrado, de lo que me has contado y de todo lo que me he enterado, está clarísimo que para nada creo que seas el chico que me merezco, como tú mismo me dijiste. No sé si lo dirías por compromiso o no pero tenías toda la razón. No porque crea que tu seas mala persona sino porque después de todo no podría confiar en ti y acabaríamos peleándonos todo el día. Solo espero que algún día encuentres a la chica que te mereces al igual que también espero encontrar al chico que me merezco y, tal vez entonces podamos ser amigos de verdad. Aunque seguramente cuando ese momento llegue ya ni siquiera te acuerdes de mi, yo siempre me acordaré de ti.

domingo, 9 de junio de 2013

No lo olvides

Pasa el tiempo y parece que ya te has olvidado pero a mí aún me cuesta verte y no recordar los buenos momentos que pasamos juntos. Puede que parezca una tontería o que parezca una reacción exagerada pero para mi fueron importantes, para mi tú fuiste importante. Puede que te haya dado más importancia de la que te mereces pero es inevitable querer algo que sabes que no vas a tener.

A día de hoy me pregunto por qué aun sabiendo que ya no te importo sigo pensando que queda algo, sigo pensando que quizás con una pequeña charla podríamos arreglar las cosas y que todo volvería a ser como antes. Pero en el fondo sé que es imposible, que eso tan sólo es posible en mi mente, en mi imaginación.

Y no puedo evitar sentirme mal. Tal vez porque me he dado cuenta de que mi actitud de "pasotismo" fue la causa del fracaso de nuestra posible amistad. Puede que si me hubiera mostrado más receptiva o si de vez en cuando hubiera cedido un poco y te hubiera hablado, las cosas serían muy diferentes. Pero no fue así, por eso mismo ahora no tengo derecho a quejarme de que no me hagas caso, ya no tengo derecho a morirme de envidia si veo fotos tuyas con otras. El problema es que aun sabiendo todo esto cada vez que te veo conectado me gustaría poder vencer mi orgullo y hablarte pero luego me acuerdo de que es imposible que podamos ser amigos y me olvido de todo lo demás. 

Es una lucha eterna entre querer y no poder. Por eso he decido escribir esto, para recordarme a mi misma que no debo rayarme más, que lo pasado, pasado está y que hay que mirar hacia delante, hacia el futuro, hacia otra persona que me pueda hacer feliz y que me ayude a olvidarme de tí.