domingo, 11 de agosto de 2013

No te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes

A veces estamos tan acostumbrados a alguien que nos lo valoramos lo suficiente. Descuidamos  a esas personas y nos centramos en otras cosas, en otras personas o en otros problemas que en ese momento nos parecen más importantes aunque realmente no lo sean.

Si algo he aprendido de todo esto es que la amistad es muy frágil y puede romperse en cualquier momento. Por eso debemos cuidarla, debemos estar más pendientes de las personas que están a nuestro alrededor,esas personas que están ahí en los momentos más difíciles y ofrecerles nuestra ayuda y nuestro apoyo siempre que lo necesiten aunque ellos no lo pidan.


Eso todos lo sabemos, lo que pasa es que lo practicamos poco y cuando te encuentras involucrado en un conflicto de este tipo nunca sabes cómo reaccionar, te paraliza el miedo a empeorar la situación, el miedo a perder a las personas más importantes en el mundo y te asaltan las dudas ¿Cómo hemos llegado a esto? ¿Qué debo decir o hacer para arreglar mi error? ¿Por qué yo me tengo que tragar mi orgullo y ceder cuando otros ni siquiera están dispuestos a escuchar mis explicaciones? ¿Qué se supone que hay que hacer cuando todo el mundo se enfada contigo sin saber el porqué? ¿Qué hacer cuando todo pasa tan rápido que no te das cuenta que una situación insignificante puede llevar a un enfado monumental? ¿Cómo se arreglan este tipo de conflictos?

Sinceramente no creo que haya una fórmula mágica que haga que todo vuelva a ser como antes, no existe ningún secreto. Tan solo debes intentar hablar con las personas implicadas, tratar de explicar tu punto de vista y estar abierto a escuchar lo que el resto tenga que decir pero sobretodo debes ceder, apartar tu orgullo con una mano y abrazar a tus amigos con la otra.


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