Esto se debe a que nuestra imaginación es más potente que nuestras propias acciones, la imaginación vuela tan alto que es casi imposible que la realidad la alcance. Con esto, no me refiero a que sea malo tener altas expectativas, sino todo lo contrario. Para ser feliz, o al menos, intentar serlo, hay que tener esperanzas, ilusiones e imaginar todo lo que desearíamos que sucediera. De esta manera, si por casualidad, eres ese 0,00001% al que se le cumplen los sueños serás 100% feliz.
Pero si por el contrario, no se cumplieran, jamás te des por vencido, nunca tires la toalla y sigue intentándolo, busca nuevas metas, nuevos objetivos, nuevas ilusiones y mantén la esperanza porque llegará un día en el que por fin sucederá y conseguirás justo lo que siempre habías deseado. Encontrarás a la persona que buscabas y sólo con eso te bastará para hacer realidad el resto de tus sueños.